En distintos puntos del noroeste del país la Madre Tierra es homenajeada
con rituales ancestrales, ceremonias, danza, música y comidas
especiales. Una oportunidad única para asistir a una de las fiestas
nacionales más tradicionales.
La Pachamama, o Madre Tierra, es la diosa femenina de la tierra y la
fertilidad, una divinidad agrícola benigna concebida como la madre que
nutre, protege y sustenta a los seres humanos. En la tradición incaica,
es la deidad de la agricultura comunal, fundamento de toda civilización y
el Estado Andino. Es la más popular de las creencias mitológicas del
ámbito incaico que aún sobrevive con fuerza en las provincias del noroeste argentino.
El 1° de agosto es cuando se alimenta a la Pachamama, para lo cual se entierra una olla de barro con comida cocida, junto a hojas de coca, alcohol, vino, cigarros y chicha, entre otras cosas. También es costumbre que los festejantes usen cordones blancos y negros –atados en los tobillos, muñecas y cuello- confeccionados con lana de llama hilada hacia la izquierda.
El 1° de agosto es cuando se alimenta a la Pachamama, para lo cual se entierra una olla de barro con comida cocida, junto a hojas de coca, alcohol, vino, cigarros y chicha, entre otras cosas. También es costumbre que los festejantes usen cordones blancos y negros –atados en los tobillos, muñecas y cuello- confeccionados con lana de llama hilada hacia la izquierda.