Por Fabián Solari - Fotos: Vero Rodríguez - Noche de domingo del último fin de semana largo del año en el excelente 35 MM de Chacarita donde Anhell despediría el año a fuerza de buenos temas propios y covers seleccionados. Debo confesar que me cuesta ser imparcial porque es una de las mejores bandas del under dentro de la movida del rock verdadero en la línea del hard y el AOR. Amplio bar para tomar algo y charlar previamente con la sala-teatro en el interior daban la pauta de una velada sumamente cómoda. Luego de la prueba de sonido charlamos un rato con los músicos para saber de ellos y que sepan que estamos cada vez que podemos. Música de bandas ochentosas transformaban mágicamente la noche en una cálida velada de épocas gloriosas y lo disfrutamos, realmente lo disfrutamos. ¿Está demás decir que los integrantes de Anhell tienen la mejor predisposición siempre? Claro que no. La tienen, y eso es para destacar cada vez que sucede porque no son mayoría los que siempre están de buen humor.
Sin plomos - ni falta que hace - porque hasta en eso son gente, armaron mientras intercambiaban chistes y comentarios con el público que entre amigos, familia y prensa éramos un número respetable. Sin mediar más palabras arrancaron con "Buenos Aires" encendiendo la mecha de una noche prometedora. Ya de movida el sonido de la guitarra de Ale Trípoli parecía que lo volvería loco pero con "Descarriado" la cosa mejoró. El primer cover de la noche fue la acostumbrada particular versión de "El forastero"; un Diego Alegre exultante con la sonrisa siempre a flor de labios. Maldito sonido que Ale supo corregir a tiempo para seguir. Las bases bajo-batería sonaban bien, o al menos eso parecía desde abajo, porque las caras de Noe no eran de alegría precisamente, quizá producto del dolor que sufría en la muñeca derecha. El tema que da nombre al álbum fue el siguiente y la "Luz" se hizo a fuerza de buena música, buena vibra y un público más que receptivo. La cosa se puso pesadita con una furiosa versión de "El ojo blindado" de Sumo con una entrada en falso de Diego en la voz pero que pasó casi desapercibido. "Destino" retomó la senda de los temas propios para volver al cover; en esta oportunidad, "Demoliendo hoteles" con Noe en la voz debiendo manejar con más dominio los tiempos de la inhalación/exhalación porque por momentos se quedaba corta. El dominio de escena de Diego les genera confianza a sus compañeros que se los ve confiados sabiendo que el frontman que tienen al lado se come el escenario y tapa cualquier bache con humor. "Libertad" y "El rey" fueron de lo mejor, sobre todo este último. Para el cierre dejaron "Persiana americana", un cover más y así lo hicieron pero el público pedía una más, en lo posible, propia y se despacharon con una tremenda interpretación de "Creer" para cerrar la noche (y el año) bien bien arriba.
Una banda de excelentes personas, muy buenos músicos con un excelente álbum debut tienen que lograr trascender por el simple hecho de combinar buenos factores y ofrecer un producto de nivel a la altura de las mejores bandas nacionales. Si de esta manera cierran el año, el 2016 será un año de grandes sorpresas.