Joaco Garau - Nacida en Chile, Weeshing propone una alternativa al modelo de negocio de los recitales.
La tecnología y las finanzas se unieron para darle un giro a una histórico negocio: los recitales. El próximo mes llegará Weeshing a la Argentina, el primer sistema de crowdfunding para shows de música, oriundo de Chile pero con proyección latinoamericana. La idea de fondo es sencilla: los propios fanáticos –y también los inversores ajenos a la música- podrán a partir de US$ 200 colaborar para que su músico o banda preferida puedan brindar un show. Luego, cobrarán un porcentaje del total de las entradas vendidas.
“Es una plataforma que permite a cualquier persona invertir y ser socio en un proyecto, que es como ser promotor de su ídolo”, explicó a Apertura.com el CEO y co fundador de Weeshing, Rodrigo Segal.
Weeshing, que nació hace casi dos años, trabaja con productoras ya consolidadas que le acercan shows confirmados. A partir de ahí, la productora y Weeshing trabajand en el modelo de negocio, determinan cuántos tickets esperan vender y desde ese momento comienza la recaudación de fondos necesarios para completar el negocio.
El inversor gana a partir de la cantidad de tickets que venda la banda durante la gira que realice por la región. “Morrisey fue uno de los casos más exitosos; levantamos US$ 400 mil y los inversores se llevaron un rendimiento del 28 por ciento en 4 meses (7 por ciento mensual)”, graficó Segal. Otros, en cambio, rompieron récords, como fue el caso de Cultura Profética, que terminó dando un rendimiento del 50 por ciento. Sin embargo, como se gana también se pierde. Los inversores de Belle & Sebastian perdieron el 50 por ciento de lo invertido.
¿Por qué una productora busca socios minoritarios? Según Segal, esta forma de financiamiento reduce el riesgo financiero que implica a una productora organizar un recital por cuenta propia. “Con nosotros tiene menos riesgo el productor; la mayoría dice que tiene el dinero pero así diversifica el riesgo”, relató.
Desde que comenzó, Weeshing ya financió más de 75 bandas por más de US$ 3 millones, entre las que también se destacaron Fito Páez, Miranda y Pet Shop Boys.
“Hay que ir rápido”, aseguró Segal, consultado por la velocidad de crecimiento de su negocio. “Si no, te copian de Estados Unidos”, se rió el emprendedor, cuya start up recibió el apoyo de inversores ángeles como NXTP Labs. En cuanto a los márgenes del negocio, aseguró: “La rentabilidad histórica es de un 8,5 por ciento en un concierto promedio de 4 meses, es como un 25 por ciento anual”.
Mientras tanto, explicó que el inversor promedio no suele ser el fanático sino aquél interesado en ganar, lisa y llanamente, dinero. “El perfil de mi inversionista es el de una persona muy informada, es decir, inversores sofisticados. El 30 por ciento restante son fanáticos”, explicó. Cabe destacar que, con la inversión mínima, el inversor se lleva una entrada para el espectáculo. Mientras mayor es la inversión, mejor la ubicación en el teatro o estadio.
La tecnología y las finanzas se unieron para darle un giro a una histórico negocio: los recitales. El próximo mes llegará Weeshing a la Argentina, el primer sistema de crowdfunding para shows de música, oriundo de Chile pero con proyección latinoamericana. La idea de fondo es sencilla: los propios fanáticos –y también los inversores ajenos a la música- podrán a partir de US$ 200 colaborar para que su músico o banda preferida puedan brindar un show. Luego, cobrarán un porcentaje del total de las entradas vendidas.
“Es una plataforma que permite a cualquier persona invertir y ser socio en un proyecto, que es como ser promotor de su ídolo”, explicó a Apertura.com el CEO y co fundador de Weeshing, Rodrigo Segal.
Weeshing, que nació hace casi dos años, trabaja con productoras ya consolidadas que le acercan shows confirmados. A partir de ahí, la productora y Weeshing trabajand en el modelo de negocio, determinan cuántos tickets esperan vender y desde ese momento comienza la recaudación de fondos necesarios para completar el negocio.
El inversor gana a partir de la cantidad de tickets que venda la banda durante la gira que realice por la región. “Morrisey fue uno de los casos más exitosos; levantamos US$ 400 mil y los inversores se llevaron un rendimiento del 28 por ciento en 4 meses (7 por ciento mensual)”, graficó Segal. Otros, en cambio, rompieron récords, como fue el caso de Cultura Profética, que terminó dando un rendimiento del 50 por ciento. Sin embargo, como se gana también se pierde. Los inversores de Belle & Sebastian perdieron el 50 por ciento de lo invertido.
¿Por qué una productora busca socios minoritarios? Según Segal, esta forma de financiamiento reduce el riesgo financiero que implica a una productora organizar un recital por cuenta propia. “Con nosotros tiene menos riesgo el productor; la mayoría dice que tiene el dinero pero así diversifica el riesgo”, relató.
Desde que comenzó, Weeshing ya financió más de 75 bandas por más de US$ 3 millones, entre las que también se destacaron Fito Páez, Miranda y Pet Shop Boys.
“Hay que ir rápido”, aseguró Segal, consultado por la velocidad de crecimiento de su negocio. “Si no, te copian de Estados Unidos”, se rió el emprendedor, cuya start up recibió el apoyo de inversores ángeles como NXTP Labs. En cuanto a los márgenes del negocio, aseguró: “La rentabilidad histórica es de un 8,5 por ciento en un concierto promedio de 4 meses, es como un 25 por ciento anual”.
Mientras tanto, explicó que el inversor promedio no suele ser el fanático sino aquél interesado en ganar, lisa y llanamente, dinero. “El perfil de mi inversionista es el de una persona muy informada, es decir, inversores sofisticados. El 30 por ciento restante son fanáticos”, explicó. Cabe destacar que, con la inversión mínima, el inversor se lleva una entrada para el espectáculo. Mientras mayor es la inversión, mejor la ubicación en el teatro o estadio.
Fuente: Apertura