Por Fabián Solari Foto: Analía Perona Video: Vero Rodríguez - La anunciada nueva fecha de presentación tanguera de Valeria Cherekian finalmente llegó, y como nos tiene acostumbrados con su humildad y dotes de excelente anfitriona, preparó esta vez un marco sumamente acogedor y distendido con mesas y sillones para disfrutar cómodamente entre platos de exquisita comida armenia y tragos a pedido de los asistentes.
Nacho Abad en piano, arreglos y dirección musical, Nicolás Perrone en bandoneón y Gonzalo Fuertes en contrabajo hicieron una pequeña introducción como bienvenida para el ingreso de Valeria Cherekian quien arremetió con "Siempre se vuelve a Buenos Aires" recibiendo un merecido aplauso por parte de los presentes quienes, a esa altura pasadas las 21.30 hs, casi colmaban la preciosa sala Siranush del barrio de Palermo. Visiblemente emocionada agradeció a todos por la presencia y sin palabras, quizá producto de los nervios y sorprendida por la cantidad de gente que la estaba acompañando, continuó con "Tinta roja" y "Sin palabras". A esta altura de la velada se podía advertir sin demasiado análisis, siendo simplemente un obsevador, que la energía que bajaba del escenario y la que emanaba del público se conjugaban dándole un marco de lujo a una noche en ascenso. Entre tangos - título del espectáculo - de Manzi, Troilo, Contursi, Mores, Canaro, Expósito, Federico, Ferrer, Piazzolla y Discépolo entre otros se fueron sucediendo los temas siendo "Se dice de mí" (su mejor interpretación), "Milonga sentimental", "Balada para un loco", "Sin piel", "Balada para mi muerte" y "Malena" los puntos más altos de un show compuesto por 23 canciones tangueras, ya que cada tango era interpretado de una manera tan sutil, dulce y contundente como sólo Valeria Cherekian puede brindarnos con el corazón sobre el escenario de principio a fin. Un par de cambios de vestuario, interpretaciones entre el público siempre sonriendo con esa frescura que contagia e irradia alegría. Quizá esta vez se pueda decir que hubo menos comunicación con el público pero el carisma y la soberbia calidad del show ponen en segundo plano el diálogo que lo hubo pero en menor medida que otra veces. Finalizado el concierto saludó a todos, se fotografió con todos y para todos siempre una sonrisa y un gracias por venir.
Emociona escucharla cantar, emociona verla sobre el escenario pero mucho más emociona sentir la calidad humana de una artista íntegra. Gracias una vez más. (En breve subiremos el video)