Diego Caballero * - ¿Qué huellas deja nuestro metal en el período 2016-2019? Con esta pregunta como guía nos adentramos a realizar un pantallazo por la Argentina contemporánea a través de este movimiento cultural.
El 11 de agosto se realizarán las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) donde el gobierno de Mauricio Macri se juega la reelección. Luego de cuatro años de gobierno, la revolución de la alegría de la derecha neoliberal “canchera” deja el país con los índices económicos en declive, tarifazos para rezarle a algún DT vende humo como propone Asspera, una deuda externa a pagar por tres generaciones, entre otros indicadores nefastos para la clase trabajadora. Dentro de este panorama surge una pregunta necesaria: ¿Qué huellas deja nuestro metal de este período (2016-2019)?
Los referentes: entre grietas y promesas incumplidas
Claudio O´Connor “inspirado” en el contexto eligió nombrar a su último disco “La grieta” (2016), mientras que Malón se dedicó a hacer del remake de la H su principal propuesta. Una estrategia similar adoptó Ricardo Iorio, un intento de revalorizar su obra en medio de sus comentarios de tinte fascista, pero también resignificándola como se especula con la reescritura de “La revancha de América” para su próximo disco. Por su parte, Horcas continúa con la tradición de resistencia del metal nacional. Gritando verdades (2018) hace foco en “Infame” sobre las promesas no cumplidas por el gobierno. “Hoy las mentiras dicen la verdad/ y vos ¿De qué lado estás?”, nos interpela Walter Meza. Algo similar se advierte en el disco “Uno” del Tano Romano: “No puedo confiar/versión oficial/ la mentira es la base/ de esta sociedad” (“Ocultando la verdad”, 2017). Por su parte, A.N.I.M.A.L., continúa con sus línea de críticas estructurales cuando afirma “Mentiras que aniquilar/ promesas falsas que siguen igual/ con el paso del tiempo” (“Criminales de la libertad”, Una razón para seguir, 2018).
Alzando nuestro odio
Un rasgo que caracterizó el primer año de gobierno macrista fue el discurso de la meritocracia. La astuta construcción de sentido neoliberal fue el principal argumento para justificar la ola de despidos de empleados estatales, la represión variada ante cierre de fábricas y el ataque hacia la docencia como caballito de batalla. La paradoja estaba planteada: poderosos que vivieron toda su vida de los negocios con el Estado quieren sacarnos de nuestra “zona de confort” y acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre como un valor positivo. Against en “Alzando mi odio” (Emerger, 2016) hace suya la temática e inteligentemente la lleva al llano, a la charla entre pares, donde el discurso dominante se reproduce en forma de sentido común. El mérito personal, la “filosofía del cagón”, la falsa historia de vida digna de una nota de la revista Viva de quien tuvo la posibilidad de ascender socialmente (menos de lo que le gustaría, claro), se enfrenta al imaginario de la ayuda estatal y al “choriplanero” como síntesis de un pasado reciente. El “autoesclavismo” o el sujeto de rendimiento del filósofo Byung-Chul Han como resumen de la resignación y la nuevas formas de explotación del sistema. Contra esa postura no queda otra que la catarsis: “Si querés te dejo hablar/ de tu mérito personal/ mientras todos/ nos hundimos”. Against se pregunta retóricamente a quién sirve esa “paz”, pero redoblan la apuesta y llaman a la confrontación como la única forma de salvación.
Pechos flacos de los de siempre
La alianza Cambiemos dejará (o no) el gobierno con más del 10% de desocupación y cerca de cuatro millones de nuevos pobres. Los pechos flacos de nuestro país son tristemente narrados por Los Antiguos en Oro para las naves (2019). Como una continuidad de las líricas más crudas de los noventa, la voz desgarrada de Pato Larralde toma una instantánea que no se borra a las 24 horas y hace foco en las víctimas de un nuevo vaciamiento. Los niños y niñas que no tienen para comer tienen los “estómagos inflados de esperar/ las promesas/ las que escuchamos siempre”. La preocupación alimenticia se complementa en “Con la suerte de saber”, donde nos recuerdan que siempre somos la variable del ajuste: “Hagamos un esfuerzo más/ sigan bajando de peso/ que necesitan recaudar”. La promesa de “pobreza cero”, junto a tantas otras, quedaron como material para los programas de archivo. La esperanza cae al vacío, como siempre y a los promotores del discurso del ajuste Pato les grita “Mueranse hijos de putas”.
El “Nunca más” no se negocia
Uno de los episodios que más movilizó a la sociedad durante estos años fue la posibilidad de aplicar el beneficio del “2x1” para genocidas. Gracias a una multitud en las calles de todo el país que gritamos “Nunca Más”, el congreso hizo su trabajo y el fallo de la Corte Suprema quedó en la nada, ante la catarata de quejas de trolls y personalidades negacionistas que salieron del closet fascista. Como señala Hermanos de Sangre “La lucha no se pierde/ no hay punto final” (“Nunca Más”, Hoy no es un diablo blanco y negro, 2018). Sin embargo, en este contexto complejo para los organismos de Derechos Humanos, Malicious Culebra adopta como vehículo de memoria sus canciones: “Por los que pasaron y ya no están/ por los que murieron al luchar/ Por los que en mi memoria vivirán” (“Prohibido olvidar”, Como un animal, 2018). No obstante, “30.001” (con Walter Meza e Ignacio Montoya Carlotto) es un llamado a resistir sin temor porque la memoria siempre es una construcción desde el presente y nuestra actualidad no puede dejar de lado las heridas de la democracia (como Julio López, entre otros). En este sentido, la recuperación de la identidad de los nietos es una lucha que persiste día a día por las Abuelas de Plaza de Mayo. Por eso las voces se entremezclan para decirnos. “Allá afuera hay cientos como vos esperando la verdad” (“Identidad”, con Knario Compiano).
Una advertencia, un dolor
Las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel son heridas abiertas para quienes ayer lloramos a Darío y Maxi, a Carlos Fuentealba o a Mariano Ferreyra, entre otros. “Cuidate de quien nos cuida” aconseja Corvata en la primera estrofa de “Advertencia” (Basado en hechos reales, 2019) y sentencia: “peligroso sos cuando pensás (…) sos culpable, imputable, si te rebelás”. Al salir como adelanto a fines de 2018, el tema se transformó en urgente, de actualidad, pero también como consecuencia del “hit del verano” #MMLYQTP.
A su vez, con el dolor aún fresco por la aparición sin vida de Santiago Maldonado, el trío nos pregunta “¿Quién vendrá detrás?”. “El héroe que aún no llegó/ debe estar por nacer/ Santiago lo intentó/ y el cielo espera de pie”. En el sur quedó el dolor, esa vida que se perdió delante nuestro, como otros tantos, pero todos sabemos que lamentablemente no será el último porque el accionar del aparato represivo del Estado siempre se cobra vidas con o sin “doctrina Chocobar”. Por su parte, Undermine nos recuerda el nefasto papel que jugaron los operadores de siempre en el período de búsqueda de Santiago: “Lobotomía por parte del Estado,/ en todas las pantallas y en cada diario” (“Aguas negras”, Muy lejos de encontrar la paz, 2018 ). Santiago no estaba en Chile “con el RIM”(sic) como dijo la diputada Elisa Carrió, entre otras tantas barbaridades. “Las respuestas no vendrán con el río” reflexiona Undermine, pero si bien hay desconfianza en la justicia, el llamado a la acción es un deber irrenunciable: “Tienen que matarnos para podernos callar”.
Ya sea en las calles o través de la música, el presente nos invita a no olvidar y a gritar que “la represión no va más”, como hace Hermanos de sangre. Justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Ni olvido ni perdón. Nunca más.
* Integrante del Grupo de Investigación Interdisciplinario sobre el Heavy Metal Argentino (GIIHMA). El presente artículo es un anticipo del curso “Parricidio metálico: representaciones, mutaciones y continuidades en el heavy argentino”, que se realizará en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) entre el 14 de septiembre y 19 de octubre de 2019.
El 11 de agosto se realizarán las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) donde el gobierno de Mauricio Macri se juega la reelección. Luego de cuatro años de gobierno, la revolución de la alegría de la derecha neoliberal “canchera” deja el país con los índices económicos en declive, tarifazos para rezarle a algún DT vende humo como propone Asspera, una deuda externa a pagar por tres generaciones, entre otros indicadores nefastos para la clase trabajadora. Dentro de este panorama surge una pregunta necesaria: ¿Qué huellas deja nuestro metal de este período (2016-2019)?
Los referentes: entre grietas y promesas incumplidas
Claudio O´Connor “inspirado” en el contexto eligió nombrar a su último disco “La grieta” (2016), mientras que Malón se dedicó a hacer del remake de la H su principal propuesta. Una estrategia similar adoptó Ricardo Iorio, un intento de revalorizar su obra en medio de sus comentarios de tinte fascista, pero también resignificándola como se especula con la reescritura de “La revancha de América” para su próximo disco. Por su parte, Horcas continúa con la tradición de resistencia del metal nacional. Gritando verdades (2018) hace foco en “Infame” sobre las promesas no cumplidas por el gobierno. “Hoy las mentiras dicen la verdad/ y vos ¿De qué lado estás?”, nos interpela Walter Meza. Algo similar se advierte en el disco “Uno” del Tano Romano: “No puedo confiar/versión oficial/ la mentira es la base/ de esta sociedad” (“Ocultando la verdad”, 2017). Por su parte, A.N.I.M.A.L., continúa con sus línea de críticas estructurales cuando afirma “Mentiras que aniquilar/ promesas falsas que siguen igual/ con el paso del tiempo” (“Criminales de la libertad”, Una razón para seguir, 2018).
Alzando nuestro odio
Un rasgo que caracterizó el primer año de gobierno macrista fue el discurso de la meritocracia. La astuta construcción de sentido neoliberal fue el principal argumento para justificar la ola de despidos de empleados estatales, la represión variada ante cierre de fábricas y el ataque hacia la docencia como caballito de batalla. La paradoja estaba planteada: poderosos que vivieron toda su vida de los negocios con el Estado quieren sacarnos de nuestra “zona de confort” y acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre como un valor positivo. Against en “Alzando mi odio” (Emerger, 2016) hace suya la temática e inteligentemente la lleva al llano, a la charla entre pares, donde el discurso dominante se reproduce en forma de sentido común. El mérito personal, la “filosofía del cagón”, la falsa historia de vida digna de una nota de la revista Viva de quien tuvo la posibilidad de ascender socialmente (menos de lo que le gustaría, claro), se enfrenta al imaginario de la ayuda estatal y al “choriplanero” como síntesis de un pasado reciente. El “autoesclavismo” o el sujeto de rendimiento del filósofo Byung-Chul Han como resumen de la resignación y la nuevas formas de explotación del sistema. Contra esa postura no queda otra que la catarsis: “Si querés te dejo hablar/ de tu mérito personal/ mientras todos/ nos hundimos”. Against se pregunta retóricamente a quién sirve esa “paz”, pero redoblan la apuesta y llaman a la confrontación como la única forma de salvación.
Pechos flacos de los de siempre
La alianza Cambiemos dejará (o no) el gobierno con más del 10% de desocupación y cerca de cuatro millones de nuevos pobres. Los pechos flacos de nuestro país son tristemente narrados por Los Antiguos en Oro para las naves (2019). Como una continuidad de las líricas más crudas de los noventa, la voz desgarrada de Pato Larralde toma una instantánea que no se borra a las 24 horas y hace foco en las víctimas de un nuevo vaciamiento. Los niños y niñas que no tienen para comer tienen los “estómagos inflados de esperar/ las promesas/ las que escuchamos siempre”. La preocupación alimenticia se complementa en “Con la suerte de saber”, donde nos recuerdan que siempre somos la variable del ajuste: “Hagamos un esfuerzo más/ sigan bajando de peso/ que necesitan recaudar”. La promesa de “pobreza cero”, junto a tantas otras, quedaron como material para los programas de archivo. La esperanza cae al vacío, como siempre y a los promotores del discurso del ajuste Pato les grita “Mueranse hijos de putas”.
El “Nunca más” no se negocia
Uno de los episodios que más movilizó a la sociedad durante estos años fue la posibilidad de aplicar el beneficio del “2x1” para genocidas. Gracias a una multitud en las calles de todo el país que gritamos “Nunca Más”, el congreso hizo su trabajo y el fallo de la Corte Suprema quedó en la nada, ante la catarata de quejas de trolls y personalidades negacionistas que salieron del closet fascista. Como señala Hermanos de Sangre “La lucha no se pierde/ no hay punto final” (“Nunca Más”, Hoy no es un diablo blanco y negro, 2018). Sin embargo, en este contexto complejo para los organismos de Derechos Humanos, Malicious Culebra adopta como vehículo de memoria sus canciones: “Por los que pasaron y ya no están/ por los que murieron al luchar/ Por los que en mi memoria vivirán” (“Prohibido olvidar”, Como un animal, 2018). No obstante, “30.001” (con Walter Meza e Ignacio Montoya Carlotto) es un llamado a resistir sin temor porque la memoria siempre es una construcción desde el presente y nuestra actualidad no puede dejar de lado las heridas de la democracia (como Julio López, entre otros). En este sentido, la recuperación de la identidad de los nietos es una lucha que persiste día a día por las Abuelas de Plaza de Mayo. Por eso las voces se entremezclan para decirnos. “Allá afuera hay cientos como vos esperando la verdad” (“Identidad”, con Knario Compiano).
Una advertencia, un dolor
Las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel son heridas abiertas para quienes ayer lloramos a Darío y Maxi, a Carlos Fuentealba o a Mariano Ferreyra, entre otros. “Cuidate de quien nos cuida” aconseja Corvata en la primera estrofa de “Advertencia” (Basado en hechos reales, 2019) y sentencia: “peligroso sos cuando pensás (…) sos culpable, imputable, si te rebelás”. Al salir como adelanto a fines de 2018, el tema se transformó en urgente, de actualidad, pero también como consecuencia del “hit del verano” #MMLYQTP.
A su vez, con el dolor aún fresco por la aparición sin vida de Santiago Maldonado, el trío nos pregunta “¿Quién vendrá detrás?”. “El héroe que aún no llegó/ debe estar por nacer/ Santiago lo intentó/ y el cielo espera de pie”. En el sur quedó el dolor, esa vida que se perdió delante nuestro, como otros tantos, pero todos sabemos que lamentablemente no será el último porque el accionar del aparato represivo del Estado siempre se cobra vidas con o sin “doctrina Chocobar”. Por su parte, Undermine nos recuerda el nefasto papel que jugaron los operadores de siempre en el período de búsqueda de Santiago: “Lobotomía por parte del Estado,/ en todas las pantallas y en cada diario” (“Aguas negras”, Muy lejos de encontrar la paz, 2018 ). Santiago no estaba en Chile “con el RIM”(sic) como dijo la diputada Elisa Carrió, entre otras tantas barbaridades. “Las respuestas no vendrán con el río” reflexiona Undermine, pero si bien hay desconfianza en la justicia, el llamado a la acción es un deber irrenunciable: “Tienen que matarnos para podernos callar”.
Ya sea en las calles o través de la música, el presente nos invita a no olvidar y a gritar que “la represión no va más”, como hace Hermanos de sangre. Justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Ni olvido ni perdón. Nunca más.
* Integrante del Grupo de Investigación Interdisciplinario sobre el Heavy Metal Argentino (GIIHMA). El presente artículo es un anticipo del curso “Parricidio metálico: representaciones, mutaciones y continuidades en el heavy argentino”, que se realizará en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) entre el 14 de septiembre y 19 de octubre de 2019.
Fuente: La Luna con Gatillo