Luis Ignacio Pucheta - La banda oriunda de Austria hizo su debut en El Teatrito y nosotros estuvimos ahí. La crónica de esta noche única a continuación:
La velada comenzó con una gran actuación de grupos argentinos que representaban al género como lo son Silverheart, Slania y Escapist, otorgando cada uno su sello y justificando su convocatoria con un gran show a la altura de cualquier banda internacional, demostrando profesionalismo en su música.
Lo más esperado se hacía realidad, pues aproximándose las 21:45 horas apareció Visions Of Atlantis quien de entrada nos sorprendió con su tema “The deep & the dark”, corte de su último álbum bajo el mismo nombre lanzado en el 2018.
Nos adentramos a otros trabajos discográficos entre ellos “Delta” y “Cast away” con canciones como “New dawn”, “Memento”, “Last shut of your eyes” y “Lost”. Pero sin dudas la intención de la banda era presentar su último disco del cual tocaron una extensa lista en donde pudimos vivenciar ese misterioso mundo que nos demuestra Visions en cada uno de sus sellos.
Una ola de canciones nuevas e innovadoras como lo son “Book of nature”, “Ritual night”, “The grand illusion”, “The last home”, “The silent mutiny”, y “Words of war” nos trasladaron a ese universo melodioso, por momentos acústicos, en donde pudimos sentir la fuerza y el poderío de la dupla vocal que ejercían Michele Guaitoli y la gran Clémentine Delauney.
Si bien, El Teatrito no estaba del todo colmado, se podía sentir el agite incansable y el apoyo por parte del público. Muchos viajaron desde lejos para presenciar el concierto. El coro futbolero de estadio, típico del aliento argentino, se hacía notar prácticamente al cierre de cada canción, dejando los rostros de los integrantes de la banda más que sorprendidos.
Acercándose al cierre, el grupo interpretó temas de quizás su mejor disco “Trinity” como son “Seven seas”, “Through my eyes”, “At the back of beyond” y “Passing dead end”. Con los dos últimos temas se armó pogo en pleno show, hecho inusual en un concierto de melodic power metal, algo tan extraño que hasta la propia Clémentine mencionó de haber sido la primera vez que veía un pogo tan eufórico en un concierto suyo.
Para finalizar el show y darle aún más aguante, con Clémentine usando la remera de la selección de futbol de Argentina con la “10”, se interpretó la canción del último disco titulada “Return to Lemuria” en donde el pogo fue descontrolado para así cerrar con un grandioso show, lleno de virtuosismo, carisma y empatía por parte de esta gran banda, que una vez finalizado no querían irse del teatro, ya que la gente no dejaba de cantar el “ole ole olá”. Una experiencia única tanto para el grupo como para los que estábamos abajo del escenario vivenciando este momento épico y glorioso.
Fuente: Cuero y Metal