El reclamo que la República Argentina mantiene en torno a la soberanía
en las islas Malvinas, que se extiende a otras islas del Atlántico Sur y
los espacios marítimos circundantes, se remonta a 1833, cuando el Reino
Unido usurpó ese territorio argentino mediante el uso de la fuerza.
Junto con este reclamo, el símbolo “Malvinas” invita a pensar en lo que
significa la pertenencia a una comunidad nacional como lo demuestran
innumerables poemas, canciones, documentos y discursos que hacen
referencia a las islas. Por estas razones, Malvinas es un nombre
significativo para las distintas tradiciones culturales, históricas y
políticas de la sociedad argentina.
El 70% de los soldados del
Ejército que participaron en la guerra de Malvinas eran conscriptos. En
la Armada la cifra es similar y en la Fuerza Aérea la cifra se invierte.
Muchos de ellos tenían entre 19 y 20 años y provenían de distintas
regiones del país. Combatieron con mucha valentía en condiciones
adversas debido a la enorme improvisación de la cúpula militar que encabezaba el gobierno de facto. Durante el conflicto bélico, murieron 649
argentinos y resultaron heridos 1093.
En los años de la
posguerra, si bien no hay cifras oficiales, se calcula que se quitaron
la vida más de 400 ex combatientes. Este alto índice de suicidios no
solo debe atribuirse a los efectos traumáticos de una experiencia límite
como la guerra, sino también a causa de la falta de reconocimiento
social en los años posteriores al conflicto.
En homenaje a los
caídos, el 22 de noviembre de 2000 el gobierno nacional estableció el 2
de abril como el “Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de
Malvinas”. Desde 2006 es un feriado nacional inamovible.
Leopoldo Fortunato Galtieri, presidente de facto en 1982 |