La cantante trabajó junto a la Caos Orquesta, con la que probó la experiencia de acercarse al folk y al country. Publicó el single "Sempiterno".
“Me siento privilegiada por tener una terraza, lo cual ayuda bastante”, comparte Cam Beszkin sobre su cuarentena. Si bien venía con una buena racha de recitales, que incluyó una invitación de La Grande para su ciclo y la apertura del show de Las Bodas Químicas en Niceto Club, el coronavirus la frenó en seco. “Tenía un acústico en Notorious. Lo preparé especialmente para la ocasión porque nunca había tocado ahí. El jueves lo cancelé y al día siguiente empezó a caerse todo”. Por eso la cantautora, al igual que el resto de sus colegas, debió improvisar una nueva táctica de trabajo, que tuvo como punto de partida su flamante single, “Sempiterno”, publicado en las plataformas digitales el pasado 8 de mayo. “Originalmente iba a ser un EP, pero cambiamos la estrategia porque presentaciones en vivo no va a haber por un buen tiempo. Quise darle un poco más de aire al ciberespacio para no agobiarnos con tanta información. Por eso no hice recitales en streaming, por más que me encanta tocar. La saturación no sirve”.
A contramano de lo que venía probando musicalmente, “Sempiterno” muestra el lado más folk de Beszkin. “Soy muy ecléctica con mi música -afirma la artista-, pero lo que más hago es componer. Me sale natural. En los últimos años me puse un poco rockera. Pese a que ése es mi espíritu, no dejo de probar”. Lo nuevo de la artista cuenta además con la colaboración de la Caos Orquesta. “Son músicos de la órbita del folk y del country, que en Buenos Aires tienen un circuito más grande de lo que creemos. Fede (Petro), su guitarrista, me propuso hacer una experiencia juntos y me pareció que era un buen momento para llevarla adelante. Fue lindo componer distinto, tener otro enfoque, porque no venía muy en esa onda que digamos. Me metí en esa burbujita y salieron varias cosas. Lo que no es tan nítido porque es una mezcla de lo que soy, de lo que traigo y también de lo que escucho. Fuimos a un estudio y grabamos los tres temas que iban a ser parte del EP, aunque ahora serán singles que lanzaré por separado”.
-¿Es tu primera incursión en el folk?
-Mi primer disco no es folk, pero apunta más hacia la canción. A pesar de que me clavé en el rock en unos cuantos discos, me gusta seguir buscando nuevas sonoridades. Mi viejo falleció hace dos años y empecé a componer con otro estado anímico, meno sacado. La muerte de un padre te cambia la identidad y es un proceso existencialista. Fue algo que me ayudó a querer seguir explorando. No podía seguir en el mismo lugar. Esta canción es para él, aunque no sé sí debería decirlo tanto.
-¿Por qué?
-Porque cada uno interpreta los temas de una forma particular. Si no lo digo, quizá se pueda entender otra cosa en la letra. Me gusta cuando uno se apropia de las canciones.
-¿Se trata de un punto de inflexión en tu sonido?
-Es una exploración, no un paréntesis. No creo que vaya a continuarlo, pero me gustó lo que quedó y la experiencia. Fue un encuentro muy enriquecedor con otras formas de hacer.
-¿En qué se diferencia componer en clave de rock que sobre la base del folk?
.El rock es un género demasiado amplio, mientras que el folk posee un rasgo algo más marcado, al igual que el blues.
-¿A qué suenan los otros temas que resultaron de la colaboración con la Caos Orquesta?
-Este es folk, hay uno más rockero y otro pop. También se mezclan esos estilos entre sí. Me puse a componer un montón y de todo eso elegimos estos temas. El EP se iba a llamar Tríptico por lo de las tres canciones. Tenía todo el material juntado, incluso las fotos, donde siento que me veo más transparente. Estoy con ganas de seguir probando a ver qué pasa. Me siento re libre y eso está muy bueno. Dejé que sucedieran cosas y que viniera lo que tenía que venir. Y aparecieron para proponerme lo del proyecto folk. Esta ruptura grande te hace ver que lo que planees se rompe de la nada, sin explicaciones. Me entregué a lo que traía la vida.
-Si hay un rasgo que atraviesa tanto a tus discos como a tu performance es que no son obvios. ¿Te incomoda que te tilden de “artista experimental”?
-A mí me han tildado de muchas cosas. Hay gente más experimental que yo: los que hacen música contemporánea se llevan todos los premios. Yo hago canciones. Pueden ser más experimentales para los que escuchan a una banda completa o con otras formaciones. Creo que mi primer disco me representa en eso y lo que venga después está permitido.
-Como el power dúo…
-La gente lo veía y no podía creer que éramos dos. Por eso le puse “power”, porque refleja el poder de una banda siendo dos personas. Es la misma fuerza que la de un power trío.
-El año pasado lanzaste Vivo en La Tangente. Antiguamente, el disco en vivo representaba la consagración de un artista o una rareza en su obra. ¿Qué sentido tiene hoy? Al menos para vos…
-La verdad es que no se encontraba entre mis planes, fue una propuesta del sello. Me pareció que me venía muy bien porque estaba con la idea de ir cerrando el power dúo, tras muchos años de tocar en ese formato. Estaba con ganas de cambiar el rumbo y quise reforzar eso.
-A propósito de presentarse en vivo, ¿temés que la pandemia congele o distraiga todo lo que se avanzó con la ley del cupo femenino?
-Eso recién empezaba. Muchos varones no lo entienden. Creen que es por la falta de talento. Lo que dice la ley es una consecuencia del patriarcado. Una vez que termine la pandemia, la ley de cupo va a seguir estando y me parece que traerá cosas muy buenas: pluralidad de voces, de mujeres y de disidencia. Se va a enriquecer mucho la música. Hay músicas muy grosas. Competimos por esos lugares, cuando tendríamos que tener igualdad de oportunidades.
Fuente: Página 12
A contramano de lo que venía probando musicalmente, “Sempiterno” muestra el lado más folk de Beszkin. “Soy muy ecléctica con mi música -afirma la artista-, pero lo que más hago es componer. Me sale natural. En los últimos años me puse un poco rockera. Pese a que ése es mi espíritu, no dejo de probar”. Lo nuevo de la artista cuenta además con la colaboración de la Caos Orquesta. “Son músicos de la órbita del folk y del country, que en Buenos Aires tienen un circuito más grande de lo que creemos. Fede (Petro), su guitarrista, me propuso hacer una experiencia juntos y me pareció que era un buen momento para llevarla adelante. Fue lindo componer distinto, tener otro enfoque, porque no venía muy en esa onda que digamos. Me metí en esa burbujita y salieron varias cosas. Lo que no es tan nítido porque es una mezcla de lo que soy, de lo que traigo y también de lo que escucho. Fuimos a un estudio y grabamos los tres temas que iban a ser parte del EP, aunque ahora serán singles que lanzaré por separado”.
-¿Es tu primera incursión en el folk?
-Mi primer disco no es folk, pero apunta más hacia la canción. A pesar de que me clavé en el rock en unos cuantos discos, me gusta seguir buscando nuevas sonoridades. Mi viejo falleció hace dos años y empecé a componer con otro estado anímico, meno sacado. La muerte de un padre te cambia la identidad y es un proceso existencialista. Fue algo que me ayudó a querer seguir explorando. No podía seguir en el mismo lugar. Esta canción es para él, aunque no sé sí debería decirlo tanto.
-¿Por qué?
-Porque cada uno interpreta los temas de una forma particular. Si no lo digo, quizá se pueda entender otra cosa en la letra. Me gusta cuando uno se apropia de las canciones.
-¿Se trata de un punto de inflexión en tu sonido?
-Es una exploración, no un paréntesis. No creo que vaya a continuarlo, pero me gustó lo que quedó y la experiencia. Fue un encuentro muy enriquecedor con otras formas de hacer.
-¿En qué se diferencia componer en clave de rock que sobre la base del folk?
.El rock es un género demasiado amplio, mientras que el folk posee un rasgo algo más marcado, al igual que el blues.
-¿A qué suenan los otros temas que resultaron de la colaboración con la Caos Orquesta?
-Este es folk, hay uno más rockero y otro pop. También se mezclan esos estilos entre sí. Me puse a componer un montón y de todo eso elegimos estos temas. El EP se iba a llamar Tríptico por lo de las tres canciones. Tenía todo el material juntado, incluso las fotos, donde siento que me veo más transparente. Estoy con ganas de seguir probando a ver qué pasa. Me siento re libre y eso está muy bueno. Dejé que sucedieran cosas y que viniera lo que tenía que venir. Y aparecieron para proponerme lo del proyecto folk. Esta ruptura grande te hace ver que lo que planees se rompe de la nada, sin explicaciones. Me entregué a lo que traía la vida.
-Si hay un rasgo que atraviesa tanto a tus discos como a tu performance es que no son obvios. ¿Te incomoda que te tilden de “artista experimental”?
-A mí me han tildado de muchas cosas. Hay gente más experimental que yo: los que hacen música contemporánea se llevan todos los premios. Yo hago canciones. Pueden ser más experimentales para los que escuchan a una banda completa o con otras formaciones. Creo que mi primer disco me representa en eso y lo que venga después está permitido.
-Como el power dúo…
-La gente lo veía y no podía creer que éramos dos. Por eso le puse “power”, porque refleja el poder de una banda siendo dos personas. Es la misma fuerza que la de un power trío.
-El año pasado lanzaste Vivo en La Tangente. Antiguamente, el disco en vivo representaba la consagración de un artista o una rareza en su obra. ¿Qué sentido tiene hoy? Al menos para vos…
-La verdad es que no se encontraba entre mis planes, fue una propuesta del sello. Me pareció que me venía muy bien porque estaba con la idea de ir cerrando el power dúo, tras muchos años de tocar en ese formato. Estaba con ganas de cambiar el rumbo y quise reforzar eso.
-A propósito de presentarse en vivo, ¿temés que la pandemia congele o distraiga todo lo que se avanzó con la ley del cupo femenino?
-Eso recién empezaba. Muchos varones no lo entienden. Creen que es por la falta de talento. Lo que dice la ley es una consecuencia del patriarcado. Una vez que termine la pandemia, la ley de cupo va a seguir estando y me parece que traerá cosas muy buenas: pluralidad de voces, de mujeres y de disidencia. Se va a enriquecer mucho la música. Hay músicas muy grosas. Competimos por esos lugares, cuando tendríamos que tener igualdad de oportunidades.
Fuente: Página 12