El músico tenía 91 años y no podía pagar sus cuentas médicas para luchar contra el cáncer. Cobró 70 dólares por grabar la obra cumbre de Miles Davis.
El domingo murió en Nueva York Jimmy Cobb, baterista y dueño de un swing personal e inconfundible que lo hizo querido y admirado por generaciones de músicos y amantes del jazz. Tenía 91 años, un tumor y problemas económicos para abordar los gastos médicos que no cubría el seguro de salud.
Cobb era el último vivo de aquel sexteto que grabó Kind of Blue, disco emblemático, con Miles Davis a la cabeza, además de John Coltrane, Cannonball Adderley, Bill Evans –en algunas pistas toca en su lugar Wynton Kelly– y Paul Chambers. Muchos, lógicamente, lo recordarán por eso. Pero en su larga carrera hizo mucho más. En épocas en la que los bateristas firuleteaban demasiado, Cobb mantuvo un estilo sobrio y austero, en perfecta sintonía con la idea de swing de Davis. El golpe de plato que da en “So What” cuando entra el solo de trompeta de Miles es uno de los más sólidos monumentos a la batería de la historia del jazz. Siguió en las bandas de Davis hasta 1963, participando en trabajos como Porgy & Bess (1959), Sketches of Spain (1960), Someday My Prince Will Come (1961), además de las ediciones de los dos volúmenes de In Person: Friday Nights At The Blackhawk (1961) y Live at Carnegie Hall (1962).
Wilbur James Cobb había nacido en Washington DC en 1929. Tras destacarse en la escena local, en la década de 1950 se trasladó a Nueva York. En 1959 formaba parte del quinteto del saxofonista Cannonball Adderley, integrado por los músicos que confluyeron en Kind of Blue, con quien ese año grabó In Chicago. Fue través de Adderley que un año antes había llegado a la banda de Davis. Tras su experiencia con Davis, Cobb ya era uno de los músicos más importantes en la escena del jazz estadounidense. La chapa de baterista seguro original y versátil lo llevó a tocar más tarde con Dizzy Gillespie, John Coltrane, Joe Henderson, Wynton Kelly, Wes Montgomery, Sarah Vaughan y Ron Carter, por nombrar apenas algunos de los más importantes. A partir de la década del '80 y por más de treinta años, Cobb se mantuvo activo en Nueva York como sesionista y al frente de su grupo Mob, con el que dio conciertos en las plazas más importantes del jazz internacional, además de dedicarse a la enseñanza.
Se dice que por las dos sesiones de grabación de Kind of Blue, cuyo éxito planetario nadie podía predecir, cobró 70 dólares y nunca recibió regalías ni otro tipo de reconocimiento económico. En enero de este año, cuando Cobb cumplió los 91, su hija inició una colecta de fondos para solventar los gastos médicos que demandaba su enfermedad y que su seguro no cubría. La noticia de su muerte la dio en las primeras horas del lunes el crítico y productor de jazz Todd Barkan a través de su perfil de Facebook y enseguida su recuerdo se propagó por el mundo.
Cobb era el último vivo de aquel sexteto que grabó Kind of Blue, disco emblemático, con Miles Davis a la cabeza, además de John Coltrane, Cannonball Adderley, Bill Evans –en algunas pistas toca en su lugar Wynton Kelly– y Paul Chambers. Muchos, lógicamente, lo recordarán por eso. Pero en su larga carrera hizo mucho más. En épocas en la que los bateristas firuleteaban demasiado, Cobb mantuvo un estilo sobrio y austero, en perfecta sintonía con la idea de swing de Davis. El golpe de plato que da en “So What” cuando entra el solo de trompeta de Miles es uno de los más sólidos monumentos a la batería de la historia del jazz. Siguió en las bandas de Davis hasta 1963, participando en trabajos como Porgy & Bess (1959), Sketches of Spain (1960), Someday My Prince Will Come (1961), además de las ediciones de los dos volúmenes de In Person: Friday Nights At The Blackhawk (1961) y Live at Carnegie Hall (1962).
Wilbur James Cobb había nacido en Washington DC en 1929. Tras destacarse en la escena local, en la década de 1950 se trasladó a Nueva York. En 1959 formaba parte del quinteto del saxofonista Cannonball Adderley, integrado por los músicos que confluyeron en Kind of Blue, con quien ese año grabó In Chicago. Fue través de Adderley que un año antes había llegado a la banda de Davis. Tras su experiencia con Davis, Cobb ya era uno de los músicos más importantes en la escena del jazz estadounidense. La chapa de baterista seguro original y versátil lo llevó a tocar más tarde con Dizzy Gillespie, John Coltrane, Joe Henderson, Wynton Kelly, Wes Montgomery, Sarah Vaughan y Ron Carter, por nombrar apenas algunos de los más importantes. A partir de la década del '80 y por más de treinta años, Cobb se mantuvo activo en Nueva York como sesionista y al frente de su grupo Mob, con el que dio conciertos en las plazas más importantes del jazz internacional, además de dedicarse a la enseñanza.
Se dice que por las dos sesiones de grabación de Kind of Blue, cuyo éxito planetario nadie podía predecir, cobró 70 dólares y nunca recibió regalías ni otro tipo de reconocimiento económico. En enero de este año, cuando Cobb cumplió los 91, su hija inició una colecta de fondos para solventar los gastos médicos que demandaba su enfermedad y que su seguro no cubría. La noticia de su muerte la dio en las primeras horas del lunes el crítico y productor de jazz Todd Barkan a través de su perfil de Facebook y enseguida su recuerdo se propagó por el mundo.
Fuente: Página 12